El trastorno por déficit de atención e hiperactividad es una de las enfermedades de salud mental con mayor prevalencia en la población. Se estima que el TDAH afecta al 5% de la población infantil y entre el 2,5% y el 3,4% de los adultos en la mayoría de las culturas.
Índice
TDAH en adultos
En la última versión del Manual Diagnóstico y Estadístico de los trastornos Mentales (el DSM-V), desapareció el TDAH del capítulo específico de los “trastornos del niño y del adolescente” y pasó a considerarse una patología que tiene continuidad desde la infancia a la edad adulta. Además se incluyeron indicaciones específicas para las edades adultas entre los criterios diagnósticos.
Síntomas
El TDAH se caracteriza por síntomas y patrones de comportamiento como la inatención, la hiperactividad y/o la impulsividad. Más concretamente en los adultos, el síntoma cardinal es la afectación de las funciones ejecutivas, es decir, la capacidad de conseguir metas a medio y largo plazo ejerciendo el control necesario tanto a nivel cognitivo como a nivel emocional.
Aunque la hiperactividad suele remitir con la edad, estas personas tienen dificultades para gestionar sus emociones, empezar y terminar tareas y gestionar el tiempo. Además, suelen ser personas que han vivido desde la infancia la experiencia del rechazo y de sentirse diferentes. Ésto les conduce, en muchos casos, a desarrollar rasgos y patrones de personalidad que pueden afectarles en sus relaciones y en su autoestima, condicionando su forma de afrontar la vida.
Estos síntomas afectan tanto a nivel individual (funcionamiento y desarrollo cognitivo; actividades académicas y laborales), como a nivel relacional y emocional, influyendo en la vida social y afectiva de la persona que lo padece.
Principales dificultades dentro de la pareja
Entre las dificultades emocionales y el impacto relacional que puede generar el TDAH se encuentran:
Baja autoestima
Tanto la persona que padece TDAH como su pareja, pueden tener la sensación de incertidumbre o incapacidad para hacer frente a las demandas y necesidades del otro, lo cual puede afectar a su autoestima.
Trastornos del estado de ánimo
Las personas con trastorno por déficit de atención e hiperactividad pueden llegar a sufrir depresión debido a las dificultades para relacionarse con su pareja y la idea de no cumplir con las expectativas de ésta. A su vez, el miembro de la pareja que no padece TDAH, también pueden experimentar trastornos del estado de ánimo ante la sensación de aislamiento y de poca atención, producto, en ocasiones, de la sobreprotección y el cuidado de la otra persona.
Dificultades de comunicación
Las dificultades para mantener la atención sobre las conversaciones y la impulsividad a la hora de comunicar lo que se desea, pueden ejercer una influencia negativa sobre la comunicación de la pareja. Estas dificultades también generan impotencia, frustración e incluso sensación de incapacidad para comunicarse entre sí.
Dificultades emocionales
La impulsividad emocional, las dificultades para el manejo de la frustración y los cambios de humor repentinos son algunos de los problemas más comunes de las personas que padecen TDAH.
A su vez, sus parejas normalmente refieren sentimientos de frustración y desesperanza, sensaciones de no ser amados y de llevar toda la responsabilidad de la pareja sobre sus hombros. En otras ocasiones, también sienten rencor hacia el otro y culpabilidad por sentirse de ese modo.
Dificultades conductuales
La falta de autocontrol y los comportamientos impulsivos pueden devenir en dificultades para empezar y terminar las tareas del hogar, desorganización, etc. En ocasiones este tipo de conductas son vistas por el otro miembro de la pareja como un incumplimiento de sus obligaciones y de los acuerdos de la pareja.
TDAH, parejas y psicoterapia
Un proceso de psicoterapia puede ayudar a ambos miembros de la pareja en los siguientes aspectos:
Fomentar la comunicación asertiva
La intervención en la pareja puede ayudar a abrir vías de comunicación más afectivas y efectivas. Como resultado se consigue comunicar necesidades y deseos de un modo más empático y se eliminan barreras y defensas.
Mejorar el reconocimiento de las emociones
Los miembros de la pareja aprenden a identificar como se sienten en cada momento y por qué se sienten de esa manera. Se normalizan los sentimientos de culpa mediante la comunicación asertiva, permitiendo el desahogo y promoviendo la aceptación.
Promover acuerdos en la relación y en la convivencia
Tener establecido un plan de actuación frente a las situaciones cotidianas y los problemas aporta seguridad a los miembros de la pareja. Esto tiene un impacto positivo tanto a nivel individual como en la relación.
Replantear las ideas y las expectativas
Entender que es el Trastorno por déficit de atención e hiperactividad, sus causas y síntomas, alivia a los miembros de la pareja y es esencial a la hora de establecer objetivos y expectativas congruentes y realistas.
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