El apego es uno e los campos de la psicología que más importancia están cobrando en las últimas décadas. Esto responde al hecho de que somos lo que aprendimos a ser y actuamos en función de nuestra historia personal. Es por ello que hoy vamos a dedicarle un artículo a describir cuáles son los distintos tipos de apego que las personas adoptan.
Este post viene a completar la información aportada en artículos anteriores que versan sobre la Teoría del apego de Bowlby y las etapas en que se desarrolla el apego.
En este artículo repasaremos brevemente en qué consiste la teoría del apego. También hablaremos acerca del experimento que se ideó para su evaluación (La situación extraña de Ainsworth). Para finalizar, repasaremos en qué consiste cada uno de los diferentes estilos de apego tanto en la infancia como en la edad adulta.
Esperamos que esta información les sea útil. En caso de que tengan alguna duda o consulta que realizar, pueden hacer uso de la caja de comentarios que se encuentra al final del artículo.
Índice
Teoría del Apego de John Bowlby
El apego es una necesidad humana básica que surge desde la infancia. Se trata de un vínculo emocional que se establece entre un niño y sus figuras de apego, que generalmente son los padres. A partir de ese momento, el apego influye en el desarrollo de la personalidad y en las relaciones afectivas del individuo.
John Bowlby fue un iniciador del trabajo en este campo al examinar la forma en que los niños utilizaban a sus padres o cuidadores primarios como fuentes de bienestar y seguridad en situaciones en las que se sentían estresados o temerosos. En función de la disponibilidad de los progenitores y del tipo de respuestas que estos dieran a las demandas de los bebés, estableció los diferentes tipos de apego que veremos más adelante. En este post podrás encontrar la teoría del apego con mayor detalle.
Tipos de Apego
Antes de ver en qué consiste cada uno de los estilos de apego, debemos explicar el experimento que llevó a este grupo de psicólogos a determinar las características de cada uno de ellos. Dicho experimento se denominó “La situación extraña de Ainsworth”.
La situación extraña de Ainsworth
Este método fue desarrollado en los años 60 para estudiar las separaciones del niño de su figura de apego de forma controlada en laboratorio. En la mayoría de los casos, la figura de apego objeto de estudio es la madre y un bebé de entre 10 y 24 meses.
La situación extraña requiere de menos de media hora y consiste en una secuencia de ocho episodios. Durante este tiempo, la madre deja en dos ocasiones al bebé en una habitación que no le es familiar, la primera de ellas junto a un extraño. La segunda ocasión deja al bebé solo y, posteriormente el extraño regresa antes que la madre. En ese momento la madre anima al bebé a explorar y jugar nuevamente y lo tranquiliza, en caso de que el bebé lo necesitase. La respuesta del bebé cada vez que su madre regresa es de importancia primordial.
A través de las diferentes respuestas que daban los bebés, Ainsworth, encontró tres patrones de apego:
Apego seguro
Representan un 65% de la muestra y son bebés que, cuando su madre se va, lloran y protestan. Por otro lado, la reciben felices cuando regresa. Son niños que utilizan a sus madres como base segura, al tiempo que se alejan de ella y exploran el entorno. Sin embargo y, ocasionalmente, regresan junto a su madre por seguridad. En general, se suelen mostrar cooperativos y se enfadan en pocas ocasiones.
Apego ansioso-ambivalente
Representan al 10-12% de la muestra. Son bebés que se sienten ansiosos aún antes de que la madre se vaya y muy molestos cuando lo hace. Posteriormente, a su regreso, muestran esa ambivalencia al buscar el contacto con ella y, por otro lado, resistiéndose por medio de pataleos o retorciéndose. También es importante destacar que son niños que exploran poco y que son muy difíciles de tranquilizar.
Apego evitativo
Representan al 20% de la muestra. Son niños que casi nunca lloran cuando su madre se va y la evitan cuando regresa. Tienden a mostrar enfado y no la buscan cuando la necesitan.
Apego desorganizado
Este patrón fue añadido en investigaciones posteriores. Describe a aquellos bebés que muestran conductas contradictorias o inconsistentes. Por ejemplo, pueden recibir a la madre alegremente cuando regresa, pero después se acercan o se alejan sin mirarla. Suelen parecer estar confundidos o temerosos y se relaciona con madres insensibles, intrusivas o abusivas.
El apego en adultos
El apego en adultos se ha empezado a estudiar recientemente. Las dificultades de estas investigaciones estriban en, por un lado, la gran variabilidad de situaciones en las que viven los adultos, y por el otro en los formalismos y obligaciones sociales que mediatizan las conductas de apego.
Si bien, el apego en adultos se diferencia del apego en edades más tempranas en:
- Mayor tolerancia a las separaciones
- La aflicción por pérdida o separación interfiere de manera significativamente menor con otras conductas del individuo.
- La posesión de un mayor control emocional provoca una manifestación menor de la aflicción.
- Las conductas de apego se hacen menos manifiestas, salvo con el compañero sexual.
- Aumentan las diferencias individuales entre las personas
- La falta de figuras de apego tiende a vivirse como soledad emocional
- La pareja sexual tiende a convertirse en la figura de apego
- El sistema de apego está muy mediatiza por el rol y la acción
En datos, la frecuencia de los distintos tipos de apego en adultos se distribuye, según Hazan y Shaver, de la siguiente manera:
- Evitativos: 25%
- Seguro: 56%
- Ambivalente: 19%
Tipos de apego en la pareja
Como decíamos al principio, el vínculo de apego es una necesidad básica de los bebés que, posteriormente, afectará a las relaciones afectivas de los individuos. De hecho, según algunos autores, el apego puede ser un predictor del devenir de la pareja.
Por ejemplo, un patrón de apego seguro suelen llevar a relaciones amorosas felices, con sentimientos de confianza y emociones positivas.
Un patrón ambivalente conducirá a experiencias mucho más intensas, pero también más inestables, dando como resultado parejas tan excitantes como dolorosas.
Por último, un estilo de apego evitativo, conduce a conductas relacionadas con la preocupación constante por el miedo al abandono o la ruptura y falta de confianza en la pareja.
Si quieres conocer más sobre los diferentes tipos de apego, puedes pinchar sobre cada uno de ellos. Accederás a artículos dedicados para cada uno de ellos con información mucho más completa.