Dentro de los delirios, quizás uno de los que más se tienen presentes en el imaginario popular sean los delirios de persecución o manía persecutoria. En ellos, las personas que los experimentan tiene la creencia de que están siendo observados, o que están siendo objeto de algunas especie de conspiración.
En este artículo abordaremos este concepto y expondremos algunos ejemplos para su mejor compresión. Además, incluiremos la sintomatología básica de los mismos y los trastornos a los que suele estar asoaida su aparición. Por otro lado, se incluye información acerca de cómo ayudar a un persona que los experimenta y los diferentes tipos de tratamiento con los que se abordan.
Esperamos que les sea de utilidad y que, en caso de que tengan alguna duda o sugerencia que hacernos, nos dejen un comentario al final de la página.
Índice
¿En qué consiste la mania persecutoria?
La manía persecutoria o delirio de persecución se define, según la Asociación Americana de Psicología (APA) como la “falsa creencia de que otros están amenazando o conspirando contro uno”. Se trata, por tanto, de ideas delirantes en las que se cree amenazada la seguridad tanto propia como de otras personas.
Este tipo de creencias o convicciones tienen un carácter fijo incluso cuando se presentan evidencias o pruebas en contra. Es decir, los delirios no desaparecen cuando se les desafía racionalmente. Además, medizatizan de manera importante el normal desarrollo de las personas que los padecen.
Ejemplos de delirios de persecución
Los delirios de persecución pueden tener una gran variabilidad para cada persona que los experimenta. Esta variabilidad se corresponde tanto con el nivel de gravedad (marcada por la interferencia que causas sobre la vida de las personas) como en el contenido de los mismos, pudiendo estar poco o muy elaborados.
Algunos ejemplos de delirios correspondientes a la manía persecutoria pueden ser:
- “Me están leyendo la mente.”
- “Desde que en aquella reunión de vecinos me quejé del ruido que hacía la familia que vive en el piso de arriba no dejan de pasar cosas raras: la tv cambia sola de canal, se escuchan ruidos de interferencias mientras hablo por teléfono… Creo que están colaborando con la policía para secuestrarme.”
- “Sé que mi compañero de trabajo tiene pinchada la línea interna en la oficina y no sé cómo pero creo que tiene la clave de mi correo electrónico. Eso sólo puede significar que quiere que me echen y quedarse con mi puesto.”
- “Esas estelas en el cielo son de unos drones que pasan cuenado estoy dormido. Me siguen a todas partes.”
Cabe destacar que, los delirios que entrañen más gravedad, son aquellos en los que la persona que los experimenta se ve obligada a llevar a cabo conductas de autoprotección que interfieren en el desempeño de su vida de manera normal.
Síntomas de la manía persecutoria
Entre los principales síntomas que manifiesta una persona que experimenta delirios de persecución podemos encontrar:
- Ansiedad
- Estrés y preocupación anormal o excesiva
- Sensación de amenaza cosntante, incluso cuando no existen pruebas que la respalden o provoquen.
- Temor o miedo experimentado casi a diario, asociado a todo tipo de acontecimientos cotidianos.
- Paranoia respecto a eventos o comportamientos arbitrarios y/o aleatorios.
- Preocupación excesiva por la seguridad, autopretección desmedida o exagerada, conductas de evitación relacionadas con lugares, personas e incluso con el uso de objetos como la radio, la televisión o el teléfono móvil.
- Rituales relacionados con dichas preocupaciones por la seguridad.
- Contactos frecuentes con los servicios de emergencia (a menos que sean estos los protagonistas de los delirios).
Causas y trastornos relacionados con los delirios de persecución
Generalmente, la aparición de los delirios suele estar relacionada con otros trastornos de salud mental. Algunos de estos trastornos son:
- Esquizofrenia: Los delirios y las alucinaciones son síntomas propios de este trastorno, por lo que los delirios de persecución no son más que un subconjunto de éstos. Por otro lado, existe un subtipo de esquizofrenia, la esquizofrenia tipo paranoide, en la que a menudo se presentan delirios en los que la persona se siente amenzada, controlada o en peligro constante.
- Trastorno bipolar en fase maniaca
- Trastorno de estrés postraumático
- Trastorno delirante
- Trastorno depresivo mayor con características psicóticas
- Trastornos de personalidad: Dentro de estos trastornos destacan tanto el trastorno límite de la personalidad como el trastorno paranoide de la personalidad.
- Estados de conciencia alterada por el uso se substancias como el alcohol, la cocaína o el THC, entre otros.
Tratamiento de la manía persecutoria
El tratamiento indicado para abordar este tipo de dificultades son la psicoterapia individual, la terapia familiar y los fármacos antipsicóticos. Además, en aquellos casos en los que se estime oportuno, también puede ser necesaria la hospitalización de emergencia.
Terapia Individual: La terapia Cognitivo-Conductual, en asociación con los medicamentos antipsicóticos, es la indicada para el abordaje de este tipo de delirios.
Además, la terapia familiar ayuda a los individuos a crear un clima de confianza en el que puedan comunicarse de manera efectiva, pedir ayuda si lo ven necsario y manifestar necesidades, miedos, etcétera.
Terapia farmacológica: Se basa en el uso de fármacos antipsicóticos para el abordaje de este tipo de trastornos. Entre ellos se encuentran antipsicóticos convencionales y los antipsicóticos atípicos. En algunos casos también se recomienda el uso de antidepresivos y/o medicamentos indicados para el sueño.
Hospitalización: Es una medida de último recurso cuando se considera la posibilidad riesgo para la vida del individuo o terceros. Una vez se consigue la estabilización del paciente, el personal sanitario trabajará en la línea de brindar apoyo psicológico y seguimiento pertienente.
Cómo ayudar a alguien que manifiesta delirios de persecución
Escuchar este tipo de relatos en boca de cualquier persona (más si cabe si se trata de un ser querido) puede resultar muy alarmante. También para quienes lo viven en primera persona. Algunos consejos prácticas que se pueden llevar a cabo para ayudarles son:
- Aunque lo que estén diciendo pueda resultar un sinsentido, no discuta ni cuestione el delirio en si. Los delirios son creencias fijas que se forman a partir de hechos aislados y que prosperan pese a las evidencias que los contradigan, por lo que de nada vale discutirlos directamente.
- Escuche a la persona pero sin validar la información del delirio, lo cual sólo propicia que el delirio coja fuerza.
- Preste atención a los sentimientos y emociones que esa persona pueda tener en ese estado. De este modo la persona se sentirá conformata y segura en su compañía.
- Tenga la mente abierta y recuérdele a esa persona que se encuentra a salvo.
- Una vez la persona se encuentre más tranquila, anímele a que busque ayuda profesional.
- En caso de que decline esa solución, respete dicha decisión sin dejar de mantener cierto estado de alerta y de apoyo.
- Cuídese y mantenga unos límites claros: en ocasiones, querer ayudar se puede llegar a convertir en un estado en el que se pierde la noción de uno mismo y de las propias necesidades.
Consideraciones finales
Cualquier tipo de delirio es tan difícil de experimentar para la persona que lo vive como para aquellos que se encuentran cercanos a ella. Existen formas de abordar este tipo de problemas. Sin embargo, en la mayoría de ocasiones es necesaria la intervención de personal sanitario cualificado para su intervención y tratamiento.