La pandemia ha supuesto para todos, en mayor o menor medida, un verdadero reto. Nos hemos tenido que amoldar a los muchos cambios que exigía la situación sanitaria y lo hemos tenido que hacer en tiempo récord.
Desde el punto de vista de la psicología, también ha generado una potenciación de algunos trastornos. Este es el caso de la Hafefobia que, si bien ya existía antes de la pandemia, hemos visto como el número de consultas al respecto a aumentado debido al miedo al contagio.
Índice
Significado de Hafefobia
Se trata de un tipo de trastorno de la ansiedad que se manifiesta como un miedo irracional y persistente a ser tocados o a tocar a los demás. Es considerada una fobia específica y genera malestar a quien lo padece y que le afecta considerablemente en su día a día.
Dar la mano, saludarse con dos besos o abrazar a un ser querido, son situaciones que generan una gran inquietud y un estado de ansiedad general en las personas que sufren este tipo de trastorno. Si bien, uno de los criterios para poderse considerar como trastorno es que este comportamiento sea o haya sido estable durante, al menos, 6 meses.
Causas de la Hafefobia
Entre os factores que predisponen a la aparición de las fobias específicas encontramos, según el DSM-IV (Manual Diagnóstico y Estadístico de los trastornos de la Asociación Americana de Psiquiatría), los siguientes:
- Acontecimientos traumáticos: La hafefobia puede ser causada por experimentar o presenciar un evento traumático que implica ser tocado.
- Crisis de angustia inesperadas en una situación en la que existió contacto físico.
- Observación de otros individuos que la padecen: o podemos aprender el miedo a ser tocado si observamos que un ser querido expresa miedo o evita ser tocado.
- Por causas educativas: Las repetidas advertencias de figuras de referencia como los padres sobre ciertos posibles peligros.
Síntomas de la Fobia al Contacto
Los síntomas los podemos dividir según el plano al que afecten. Así encontramos síntomas físicos, síntomas cognitivos y síntomas conductuales.
Síntomas físicos:
Palpitaciones o taquicardia
Mareos, vértigo
Sensación de ahogo
Palidez
Entumecimiento
Tensión muscular o rigidez
Sudoración
Hiperventilación
- Sequedad bucal
Síntomas Cognitivos:
Cuando hablamos de síntomas cognitivos nos referimos a todos aquellos pensamientos irracionales y exagerados sobre la supuesta peligrosidad, en este caso, del contacto físico.
El pensamiento juega un papel muy importante sobre nuestras emociones y comportamientos. De hecho, estas ideas irracionales suponen una experiencia angustiosa en sí mismas (sin que sea necesaria la presencia del estímulo fóbico), y, en ocasiones, nos conducen a una sensación de pérdida de control.
Síntomas conductuales:
El miedo, los pensamientos irracionales y los síntomas físicos de la ansiedad conllevan a que los sujetos manifiesten conductas de evitación hacia el contacto físico.
Cuando la hafefobia se padece en su grado más extremo, esta evitación se da también en el contexto familiar, lo cual provoca gran insatisfacción tanto en la propia persona como en sus allegados.
Miedo al contacto y coronavirus
La pandemia provocada por la COVID-19 no es la responsable de la existencia de este trastorno. Sin embargo, es a raíz de las medidas de distanciamiento social y el miedo al contagio que las consultas acerca de la hafefobia se hayan disparado.
Es normal que, en los tiempos que corren, sintamos cierta aprehensión ante la idea de que nos toquen. Esto en sí mismo no supone ningún problema. No obstante, si que puede ser necesaria la atención profesional cuando se trata de un miedo incapacitante que engloba todas las esferas de la persona.
Tratamiento de la Hafefobia
La hafefobia requiere de un tratamiento multitécnica para intentar aplacar sus diferentes tipos de síntomas.
Por un lado, los ejercicios de respiración diafragmática nos pueden ayudar a controlar la sintomatología física.
Por otro, la exposición gradual con prevención de respuesta acompañada de autoinstrucciones es la técnica que se ha demostrado más eficaz para combatir las fobias. Se trata de una técnica cognitivo-conductual en la que se procede a la exposición gradual (de menor a mayor ansiedad) del estímulo fóbico (el contacto físico en este caso), junto al Entrenamiento en Autoinstrucciones de Meichenbaum, cuyo objetivo es provocar cambios en la conducta manifiesta de las personas mediante verbalizaciones internas.
Finalmente, la psicoeducación, dirigida a entender qué es y como funciona la ansiedad, y la reestructuración cognitiva para eliminar las ideas irracionales y modificar las anticipaciones catastrofistas propias de este tipo de patologías.
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