Trastorno dismórfico corporal o dismorfia: Qué es y como se trata | Testimonio

No cabe duda de que cuantos más aspectos de nuestra salud cuidemos, mejor. Llevar a cabo una buena rutina de ejercicios o mantener una dieta equilibrada nos ayuda tanto en el plano físico, como en el mental. No obstante, vivimos en una época en la que se le da una importancia desmesurada a nuestro aspecto físico. Tanto es así, que, para algunas personas, cualquier detalle físico, por insignificante que le parezca a ojos de los demás, termina por convertirse en toda una obsesión. Es lo que se conoce como Trastorno Dismórfico Corporal (TDC), dismorfofobia o dismorfia corporal.

En este artículo hablaremos acerca de en qué consiste este trastorno, cuales son sus síntomas y sus causas. Además, ahondaremos en el tipo de tratamiento necesario para combatir esta dolencia y la importancia de la psicoterapia en el mismo. Esperemos que les sea de utilidad. Cualquier duda o pregunta que les surja pueden dejarla en los comentarios y el equipo de Álvarez Psicólogos intentará resolverla lo más rápido posible.

Qué es y en qué consiste la dismorfia corporal

Lo más característico del trastorno dismórfico corporal o dismorfofobia es que la persona que lo padece tiene la falsa creencia o la preocupación exagerada de que una parte de su cuerpo es defectuosa. Esta preocupación hacia algún aspecto de su apariencia resulta excesiva, va más allá de lo normal, desmesurada. A menudo, ese aspecto o defecto es mínimo, casi imperceptible a simple vista por los otros e, incluso, pueden ser imaginarios.dismorfia dismorfofobia trastorno dismorfico corporal prevalencia

Estas preocupaciones que presenta la persona que padece dismorfia corporal causan malestar significativo en el individuo y perjudica su adaptación social y personal, escolar o laboral, de manera notable y prolongada en el tiempo.

Otra de las característiscas que describen este trastorno es que ese miedo irracional a no resultar atractivo, raramente se diluye si reciben halagos o palabras tranqulizadoras de los demás (“no se te nota” o “pues si no me lo dices ni me doy cuenta”, etcétera).

En general, estas preocupaciones tienen que ver con una o más partes del propio cuerpo, siendo las más frecuentes:

– Cara, nariz, piel

– Cabello

– Tamaño de las mamas

– Tamaño y tono muscular

– Zona genital

La dismorfia corporal en datos

El trastorno dismórfico corporal o dismorfofobia es relativamente frecuente y se da en ambos sexos, existiendo cierto predominio masculino. Algunos datos sobre prevalencia se recogen a continuación:

Prevalencia de la dismorfia corporal

En España, se cree que este trastorno tiene una prevalencia en muestras comunitarias que oscila entre el 1,7% y el 2,5% de la población general. Ver estudio aquí.

Por otro lado, en EEUU se estima que afecta a 1 de cada 50 personas, lo que supone entre 5 y 7,5 millones de personas según la Anxiety and Depression Association of America (ADAA).

En esta otra publicación centrada en Chile, se observó que la dismorfofobia tenia una prevalencia que oscilaba entre el 0,7 y el 2,5% de la población, si bien esta cibra se iba hasta casi el 12% en aquellos pacientes que presentaban también TOC.

El dismorfismo corporal en adolescentes

Cabe destacar que de las cifras de prevalencia aportadas anteriormente, dos terceras partes de los casos se iniciaron en la adolescencia o adultez temprana. Por ellos es muy importante prestar atención a cualquiera de los síntomas que se presentan a continuación, ya que una detección temprana siempre supone una ventaja frente al trastorno.

Síntomas de la dismorfia corporal o dismorfofobia

Algunos de los síntomas que presentan las personas con Trastorno dismórfico corporal se recogen en la siguiente lista. Tenga presente que pueden presentarse de manera repentina o ir apareciendo poco a poco, más lentamente.

Preocupación excesiva por los defectos corporales percibidos, sean o no reales.

– Contínuas y persistentes miradas en el espejo.

Aseo constante, excesivo o desmedido.

– Creencia persistente de que los demás se están fijando o se han percatado de los defectos corporales.

Conductas de evitación en relación con la asistencia a eventos o reuniones sociales por miedo a que los demás se percaten de los defectos corporales. Creencia de que los demás se burlan de esos defectos o que tienen un concepto negativo de la apariencia de la persona.

Comparación constante con la apariencia física de los demás.

Búsqueda frecuente de la aprobación de la apriencia física por parte de los demás.

Angustia y síntomas característicos de la ansiedad en relación con las preocupaciones anteriores. Esto causa malestar significativo e interfiere en la calidad de vida.

Búsqueda activa y constante de remedios para aplacar o disimular los defectos físicos. Esta conducta puede ir desde la compra compulsiva de cremas y/o productos de belleza hasta la búsqueda de cirujías plásticas, procedimientos estéticos, etcétera.

Criterios diagnósticos del Trastorno Dismórfico Corporal (DSM-5)

Estos son los criterios diágnosticos que recoge el Manual de Diagnóstico a propósito del trastorno dismófico corporal o dismorfofobia:

A. Preocupación por uno o más defectos o imperfecciones percibidas en el aspecto físico

B. Durante el curso del trastorno, el sujeto ha realizado comportamientos repetitivos

C. La preocupación causa un malestar clínicamente significativo o un deterioro importante

D. No se puede atribuir a otra condición médica

E. La preocupación por el aspecto no se explica mejor por la inquietud acerca del tejido adiposo o el peso corporal

El caso especial de la dismorfia muscular

La dismorfia muscular o vigorexia consiste en una preocupación excesiva con la idea de no tener un cuerpo suficientemente magro o musculoso, lo que afecta de manera significativa a quién lo padece, afectando negativamente a su calidad de vida. Es un trastorno que se da predominantemente en hombres, aunque también se puede dar en mujeres.

Causas del dismorfismo corporal

En la mayoría de los casos es muy difícil determinar la cusa exacta que determina la aparición del trastorno dismórfico corporal. No obstante, en la mayoría de los casos se aprecia un inicio en la adolescencia o adultez temprana y la etiología suele ser multi-componente.dismorfia dismorfofobia trastorno dismorfico corporal prevalencia

Por un lado tenemos los factores socioculturales, entre los que destaca los valores y principios de la sociedad actual en los que se da una importancia desmesurada al aspecto físico. Otro factor sociocultural es el constante bombardeo en medios de comunición y redes sociales acerca de los estándares de belleza actuales.

En cuento a los factores psicológicos podemos señalar la historia de aprendizaje y condicionamiento inapropiados de la persona, los sucesos traumáticos o el haber recibido burlas o desprecios de otras personas por su aspecto físico.

Por último, los factores biológicos. Alteraciones en los niveles de serotonina pueden provocar estados de ánimo depresivos que se encuentran asociados a la dismofofobia.

Tratamiento de la dismorfia corporal

A la hora de atajar el problema, el tratamiento de elección para el trastorno dismórfico corporal suele ser de dos tipos: farmacológico y psicoterapéutico. Veamos cada uno de ellos por separado, aunque en la mayoría de los casos se administrarán conjuntamente.

Tratamiento farmacológico de la dismorfia corporal

Los Inhibidores Selectivos de la Recaptación de Serotonina (ISRS) son el tratamiento de elcción para este trastorono. Entre los principales, se encuentran la sertralina, la fluoxetina, el citalopram, la paroxetina o el escitalopram, entre otros. En general, se puede afirmar que estos pacientes necesitan una dosis mayor que la que se administra en los casos de depresión y ansiedad.

Por otro lado, en la mayoría de los casos se hace necesario el acompañamiento de la terapaia farmacologica con psicoterapia.

La importancia de la psicoterapia en el trastorno dismórfico corporal

Actualmente, la terapia cognitivo-conductual se postula como el tratamiento de elección en el caso de la dismorfia corporal o dismorfofobia. Técnicas como la reestruturación cognitiva, la exposición con prevención de respuesta, el entrenamiento en habilidades sociales y la psicoeducación son eficaces en el tratamiento de este tipo de trastornos.

Por ejemplo, en el caso de los síntomas conductuales como el hecho de mirarse repetidamente en el espejo, la exposición al estímulo (no observarse en el espejo) con prevención de respuesta acompañada de autoinstrucciones para generar autocontrol, es una técnica indicada. También la exposición a aquellas situaciones temidas (reuniones sociales, conocer o presentarse a alguna persona) se realiza de manera jerarquizada (de menor a mayor ansiedad) con este tipo de técnicas.

Por último, la psicoeducación dirigida a entender que es y cómo funciona la ansiedad, la reestructuración cognitiva para eliminar las creencias irracionales (“seguro que ya han notado mi defecto”) y las distorsiones cognitivas como la personalización (“se burlan de mi”). Este tipo de ideas, que no son realistas, mediatizan la vida de esas personas y es por eso por lo que hay que trabajar sobre ellas.

Trastorno dismórfico corporal: Un testimonio

“Para Alberto, un chico de 18 años, el simple hecho de mirarse al espejo es una tortura. Desde que inició su adolescencia empezó a notar diferencias en la forma de su nariz y ojos con respecto a sus amigos y streamers favoritos. Desde ese momento, Alberto ha estado obsesionado con el tamaño y la forma de su nariz y la localización de sus ojos. “No están bien…no encajan en mi cara”, comenta habitualmente. Es imposible hacerle entender que no tiene nada de malo, ni sus padres ni sus amigos. Ellos insisten en que no hay nada visible ni que esté mal con su nariz ni sus ojos, pero ésto a Alberto de poco le vale. Hay veces que se tira horas frente al espejo, sin ser consciente de todo el tiempo que ha pasado. En otras, busca información acerca de operaciones o maneras de disimular lo que el considera su mayor defecto.”

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