Gracias a la cantidad de testimonios e información de la que gozamos hoy en día, cada vez la sociedad es más consciente de determinadas situaciones. Es lo que sucede con aquellas personas o animales que, por el motivo que sea, padecen ligirofobia o fonofobia.
Y es que, ya sea en navidades o en determinadas fiestas locales, nos llegan avisos de que no todos soportamos por igual los sonidos fuertes.
Esta situación es así hasta el punto de que, en los casos más extremos, suponga un verdadero problema de salud o, al menos, un duro trago (en ocasiones innecesario) para aquellos que padecen este tipo de fobia específica.
Por todo ello, hoy vamos a dedicarle un artículo en nuestro blog a este trastorno de ansiedad. Esperamos que les sirva de utilidad. Cualquier duda o pregunta puede dejárnosla en los comentarios y el equipo de Álvarez Psicólogos intentará resolverá lo más rápido posible.
Índice
Ligirofobia: Significado
El término ligirofobia hace referencia al miedo irracional a los ruidos fuertes, agudos, normalmente repentinos, como los de las explosiones. Se trata de una fobia específica que pertenece al grupo de los trastornos de ansiedad.
Las personas que sufren esta patología no pueden soportar el estallido de globos, petardos, cohetes, etcétera. De hecho, dependiendo de la intensidad de la fobia, ni si quiera pueden estar en presencia de globos hinchados por el temor a que éstos exploten.
A pesar de que es un fobia bastante frecuente, no se es muy consciente de ella ya que la persona que la padece puede deselvolverse de manera natural en su ambiente. Sin embargo, presentará conductas de evitación y huirá o rechazará participar en situaciones en las que pueda sentir pánico.
Esa facilidad para sortear dichas situaciones, provoca que, a menudo, las personas que padecen ligirofobia o fonofobia no traten de solventar el problema. De algún modo, se resignan a la situación y conviven acostumbrándose a ella.
Las personas que padecen esta fonofobia temen y sienten nerviosismo en situaciones muy diversas. Por ejemplo, al ser invitados a reuniones sociales como los cumpleaños, las fiestas navideñas y/o otras fiestas locales en las que se lancen cohetes o petardos.
Causas de la fonofobia
En la mayoría de ocasiones es muy difícil determinar cuál es la causa específica o determinante que marca el origen de una fobia. No obstante, en el caso de la ligirofobia, la cusa suele deberse a una mala experiencia relacionada con sonidos fuertes, estruendosos y repentinos, en la que la persona sintió pánico y/o miedo.
Los sonidos repentinos engrendran miedo por si mismos y probablemente tenga un carácter evolutivo. De hecho, esta condición fué la que utilizaron los psicólogos John B. Watson y Rosalie Rayner en el caso del pequeño Albert.
También, una historia de aprendizaje y condicionamiento inapropiados pueden ser la causa directa de la aparición de este trastorno. Por ejemplo, si una persona en la infancia ha recibido burla por sentir miedo o se ha utilizado sonidos fuertes para castigarlo.
También es importante descartar siempre primero que no exista ninguna causa orgánica que esté provocando esta situación, como por ejemplo una infección de oído, una hipersensibilidad a los sonidos (algiacusia o hiperacusia) o un trastorno como la misofonía.
Síntomas de la ligirofobia
Entre los síntomas más comunes que puede llegar a tener la ligirofobia podemos encontrar:
– Pensamientos intrusivos y repetitivos sobre la posilidad de que ocurran sonidos fuertes.
– Evitación de situaciones en las que se detecta o predice la posibilidad de que sucedan sonidos estruendosos o repentinos (fiestas, cumpleaños, transporte público, transoporte aéreo…).
Cuando este tipo de situaciones no se pueden evitar, entonces las personas que padecen fonofobia sufrirán los mismos síntomas de la ansiedad:
– Mareos
– Dolor de cabeza
– Visión borrosa
– Náuseas
– Palpitaciones
– Sudoración
– Dificultad para respirar. En ocasiones también puede llegarse a producir dolor al inspirar | Ver Costocondritis
– Ataque de pánico…
Diferencias entre ligirofobia y otras patologías
Existe la posibilidad de que la fonofobia se confunda con otras patologías que nada tienen que ver entre sí. Esto ocurre porque algunos de los síntomas pueden ser comunes entre ellas. Es el caso de la hiperacusia o algiacusia y la misofonía.
Diferencias entre fonofobia e hiperacusia
La hiperacusia o algiacusia es un trastorno que se caracteriza por una hipersensibilidad auditiva, pudiendo llegar a crear intolerancia a la mayoría de sonidos cotidianos. Se trata de una entidad clínica diferente, aunque también puede ser motivada por un trastorno de estrés o ansiedad.
En este caso, la persona no tiene temor por lo inesperado o estruendoso del sonido y por ello desarrolla conductas de evitación, sino que evita todo tipo de sonidos ya que esa hipersensibilidad a menudo conlleva dolor.
Diferencias entre ligirofobia y misofonía
La misofonía es un trastorno perceptivo en el que determinados sonidos se perciben como demasiado fuertes y se asocian en valencia negativa, como molestos o aversivos. Se trata, por tanto de una aversión a ciertos sonidos repetitivos provocados por otras personas como el que se produce al masticar, el tambolireo de dedos, etcétera.
La diferencia con la ligirofobia es sustancial, ya que en ésta el temor prevalece sobre el hastío o la aversión experimentada hacia ciertos sonidos que no tienen porque ser ni inesperados ni fuertes.
Ligirofobia: Tratamiento
La ligirofobia requiere de un tratamiento multi-componente para intentar aplacar los distintos tipos de síntomas en los que se manifiesta.
Para controlar los síntomas fisiológicos generados por la ansiedad, se requiere de técnicas como la respiración diafragmática o profunda. Se trata de una intervención sencilla, de rápido aprendizaje, eficaz y aplicable a casi cualquier situación.
En el caso de los síntomas conductuales, la técnica más potente es la exposición gradual con prevención de respuesta acompañada de autoinstrucciones. Se trata de una técnica cognitivo conductual en la que se procede a la exposición jerarquizada (de menor a mayor ansiedad) del estímulo fóbico junto al entrenamiento en autoinstrucciones de Meichenbaum, cuyo objetivo es provocar cambios en la conducta manifiesta de la persona mediante verbalizaciones internas.
En el caso de la ligirofobia, se trataría de exponer a la persona poco a poco a entornos y situaciones en las que no pudiese controlar la posibilidad de enfrentarse a los sonidos. También sería necesario exponer a la persona, mediante la prevención de respuesta a, por ejemplo, asistir a un cumpleaños viajar en transporte público.
Por último, la psicoeducación dirigida a entender que es y cómo funciona la ansiedad, la reestructuración cognitiva para eliminar las ideas irracionales y modificar las anticipaciones catastrofistas propias de las fobias. En el caso de la ligirofobia aquellas que tengan que ver con la posibilidad de que sucedan sonidos fuertes. Este tipo de ideas, que no son realistas, mediatizan la vida de esas personas y es por eso por lo que hay que trabajar sobre ellas.