Muchas personas podrían identificar sonidos que les resultan molestos e incluso que les crispan los nervios. La cancioncita de determinado anuncio, el sonido de un bolígrafo retráctil, el sonido que produce alguien al sorber la sopa… Todos ellos son simples estímulos sonoros que, a priori, no tienen una cualidad positiva ni negativa. Sin embargo, para algunas personas, no sólo son molestos, si no que desencadenan en ellos mismos una serie de emociones negativas muy intensas, pudiendo, incluso, llegar a mostrar conductas violentas. Estamos hablando de un proceso mental denominado misofonía y que, pese a no ser demasiado conocido ni común, puede llegar a afectar de manera muy negativa a las personas que lo padecen.
En este artículo daremos respuesta a la definción de misofonía, cuáles son sus síntomas y causas y también explicaremos cuales son las diferencias entre esta y otros conceptos relacionados con el sonido como la ligirofobia o el tinnitus, entre otros.
Esperamos que les sea de utilidad. Consideren la opción de dejar en la caja de comentarios sus dudas o preguntas ya que nuestros profesionales estarán encantados de darles respuesta tan pronto como les sea posible.
Índice
¿Qué es la misofonía?
La misofonía, también conocida como sensibilidad selectiva al sonido, es un trastorno neurológico consistente en la intolerancia a determinados sonidos cotidianos producidos por el cuerpo de otras personas. Estos sonidos son los relacionados con acciones como comer, sorber, toser, masticar y también aquellos relacionados con el uso de objetos como en el caso de los cubiertos.
La reproducción de estos sonidos desencadenan en la persona que padece misofonía una respuesta de ansiedad e incluso, puede llegar a manifestar conductas agresivas. Se trata de una condición médica ligada al trastorno obsesivo-compulsivo de la personalidad, sin embargo, aún no forma parte oficial del DSM-5 ni del CIE-10. Es decir, el término misofonía aún no está consensuado para calificar o diagnosticar a pacientes, aunque presenten los síntomas propios de esta dolencia.
Sonidos desencadenantes de la misofonía más comunes
Entre los sonidos desencadenantes de la misofonía más comunes podemos encontrar:
- Comer chicle
- Realizar sonidos al comer como sorber la sopa o el sonido que hace un tenedor o una cuchara al chocar contra los dientes
- Chascar los labios
- Algunos sonidos del habla como las letas s, p, k
- Ruido al respirar
- Sonidos repetitivos como el click del bolígrafo o el golpeteo del lápiz
- Carraspeo
- Ruidos nasales
- Hacer gárgaras
- Suspiros contínuos
- El sonido que se realiza al olisquear
- El ruido que se realiza al comer con la boca abierta
- Ladridos de perros
- El tic-tac de un reloj
- Un grifo goteando
- Una puerta que golpea el marco constantemente sin que llegue a cerrarse del todo
- Etcétera
Síntomas de la misofonía
En el momento en el que una persona con misofonía se expone a uno de los sonidos desencadenantes, la reacción es una respuesta emocional negativa. Esta respuesta, que en general resulta inmediata, varía en cuanto a su intensidad, yendo desde una leve incomodidad o molestia, hasta la ira o el pánico y la huida. En los casos más graves, la situación puede llegar a percibirse como tan insoportable que se pueden manifestar comportamientos violentos hacia los objetos, las peronas o los animales implicados.
Es bastante común que, para evitar las crisis, la persona que padece misofonía centren su atención en los momentos previos a la producción de sonidos. No obstante, son este tipo de conductas de evitación las que finalmente fomentan la hièrsensibilidad a estos sonidos, empeorando con ello la sintomatología.
Cuando este tipo de situaciones no se puedan evitar, entonces las personas que sufren misofonía padecerán los mismos síntomas de la ansiedad:
- Mareos
- Naúseas
- Palpitaciones
- Sudoración
- Dificultad para respirar. También se puede manifestar en forma de dolor | Ver Costocondritis
- Ataque de pánico
Lamentablemente, muy a menudo, son las personas más cercanas las que procovan las peores reacciones de las personas con misofonía. Esto tiene como consecuencia el empeoramiento de las relaciones personales tanto en la familia, como en el trabajo o la escuela y, en los caoso más extremos, puede llegar al aislamiento social.
Misofonía: Causas
Como decíamos al principio, la misofonía es un proceso mental que se encuentra asociado al Trastorno obsesivo-compulsivo de la personalidad. En la mayoría de los casos, es muy difícil determinar cuál es la causas o causas que desencadenan la misofonía, si bien, según algunos estudios, se considera que podría estar causado por experiencias negativas o traumáticas asociadas a determinados tipos de sonidos.
Diferencias entre misofonía y otros trastornos relacionados con la audición
En ocasiones es difícil diferenciar unos conceptos de otros. En el caso de la misofonía, a veces se puede llegar a confundir con otros conceptos médicos y/o psicológicos como la ligirofobia, la algiacusia y el tinnitus. Pasemos a explicar cada uno de ellos:
Misofonía y ligirofobia
La ligirofobia o fonofobia se define como el miedo irracional y extremo a los sonidos fuertes. En el caso de la misofonía, lo que sucede es la reacción emocional negativa inmediata a la producción de determinados sonidos que resultan desagradables pero que no tienen porque ser fuertes o repentinos.
Misofonía y algiacusia
La algiacusia es una entidad médica por la cual se siente dolor cuando se escucha. En la mayoría de ocasiones tiene lugar debido a una hipersensibilidad auditiva o hiperacusia. Por otro lado, la misofonía tiene que ver con la percepción de sonidos que, para la persona que la padece, son relevantes, desagradables o perturbadores.
Misofonía y tinnitus
El tinnitus es una patología en la cual la persona que la padece escucha un sonido constante sin que éste se esté produciendo en el exterior. A menudo las personas que padecen tinnitus sienten estrés y ansiedad ya que ese ruido que escuchan les dificulta tareas tan cotidianas como el sueño o incluso les afecta a nivel escolar o laboral ya que son incapaces de desviar la atención de dichos sonidos o ruidos.
En el caso de la misofonía, esos sonidos si que tienen lugar en el exterior o, al menos, la persona que la padece, considera que ocurrirán.
Tratamiento de la misofonía
El tratamiento de elección para combatir la misofonía es la terapia cognitivo conductual. Este tipo de terapia ha demostrado que puede reducir significativamente el impacto de la misofonía en la vida de la persona. Para ello, se utilizan diferentes técnicas como la relajación, la Exposición con Prevención de Respuesta, la psicoeducación y la reestructuración cognitiva, entre otras.
Relajación
Se trata de combatir la sintomatología física propia de la repsuesta de ansiedad. Para ello, se requiere de técnicas como la Respiración diafragmática, una técnica sencilla, de rápida aplicación y extensible a casi cualquier situación.
Exposición con Prevención de Respuesta
Se utiliza principalmente para combatir la sintomatología conductual, es decir, las respuestas de lucha, evitación o huida. Esta basada principalmente en el concepto de habituación, por el cual, las personas tendemos a “acostumbrarnos” a aquello que nos desagrada.
En el caso de la misofonía, la persona se habituará a dichos sonidos negativos desencadenantes, en orden ascendente en cuanto a su intensidad y/o dificultad, durante el tiempo suficiente y las veces necesarias hasta que se consigue una reducción de la respuesta de ansiedad inicial.
Esta exposición se suele acompañar del Entrenamiento en Autoinstrucciones de Meichenbaum, por el cual, la persona aprende a realizar verbalizaciones internas para así controlar su conducta manifiesta.
También, en algunas ocasiones, esta desensibilización al sonido desencadenante se realiza mediante la exposición del paciente a ruido blanco o neutro con la intención de que este enmascare los sonidos desencadenantes. Esta técnica es utilizada también en algunos pacientes que padecen tinnitus.
Psicoeducación
Esta técnia tiene como objetivo eliminar y/o modificar todas aquellas ideas irracionales que estén detrás de las respuestas de evitación propias de la ansiedad. Además, también ayuda a las personas a entender qué es y en qué consiste la ansiedad, cómo se manifiesta, qué la mantiene en el tiempo y cómo poder controlarla. Este tipo de ideas, en la mayoría de los casos suele mediatizar mucho la vida de los pacientes y por ello se hace necesario trabajar sobre ellas.
Test de misofonía
Para valorar la misofonía, existe la Escala de Activación de Misofonía (MAS-1). Esta se centra en las reacciones emocionales y de conducta que tienen las personas frente a un sonido desencadenante.
Los síntomas se escalonan por niveles, del 0 al 10, siendo 0 sin síntomas y 10 el uso de la violencia física contra la persona, el animal o el objeto que genera el sonido. En los niveles intermedios, el paciente manifiesta ya malestar psíquico importante y respuestas de huida, además de conductas que pueden considerarse socialmente inadecuadas como puede ser el hecho de taparse los oídos para no escuchar el sonido que provoca la molestia.
Si necesitas más información, te dejamos un enlace directo a la página web de la Asociación de Misofonía del Reino Unido.