La sudoración es una respuesta natural del organismo que nace de la necesidad de regular la temperatura del cuerpo. Suele asociarse a la temperatura ambiental elevada o a la práctica de ejercicio. Sin embargo existen otras situaciones en las que bien por incomodidad, bien por exceso de intensidad, la sudoración puede ser un problema para aquellos que la experimentan. Es lo que se conoce como hiperhidrosis.
En este artículo, trataremos de esclarecer algunas dudas relacionadas con el exceso de sudoración, sus causas y cómo prevenirla. También nos centraremos en el caso específico de la hiperhidrosis por ansiedad. Esperamos que les sea de utilidad. Si tienen cualquier duda o pregunta que hacer, pueden dejarla en los comentarios y nuestro equipo de profesionales tratará de darle respuesta lo más pronto posible.
Índice
¿En qué consiste la hiperhidrosis?
En dermatología, se denomina hiperhidrosis al proceso por el cual se produce un exceso de sudoración superior al normal. Este exceso de sudoración se puede producir en toda la superficie corporal, pero más especialmente en axilas, palmas y plantas de los pies, zonas dónde hay una mayor concentración de glándulas sudoríparas. En medicina también se suele utilizar el término diaforesis.
La manifestación de la hiperhidrosis puede llegar a ser muy molesta. En el caso, por ejemplo, de las axilas, puede manchar la ropa e incluso llegar a desteñirla. En las manos puede llegar a provocar grandes inconvenientes en tareas tan cotidianas como cocinar, conducir o saludar a otras personas. Por último, en el caso de las plantas de los pies, es común el desarrollo de infecciones secundarias como el pie de atleta o eczemas.
Es común que la sudoración excesiva se desencadene en la adolescencia y que afecte a varios miembros de la misma familia. Si bien, en algunas ocasiones puede iniciarse en la edad adulta sin ningún tipo de causa aparente.
Causas de la sudoración extrema
A menudo se asocia al incremento de la temperatura ambiental, al ejercicio, la fiebre, las comidas muy especiadas y la ansiedad. También como una respuesta emocional o como consecuencia del estrés y el uso de determinados fármacos como los antidepresivos.
Por otro lado, algunas patologías tienen como consecuencia la diaforesis. Entre ellas podemos encontrar:
- Diabetes Mellitus
- Sofocos de la menopausia
- Sobrepeso u obesidad
- Problemas de tiroides
- Algunos tipos de cáncer
- Trastornos del sistema nervioso
- Infecciones
- Intoxicación alcohólica
El caso especial de la hiperhidrosis y la ansiedad
En el caso de la ansiedad, la dificultad es doble. La ansiedad, por definición, tiene como una de sus manifestaciones la sudoración, al igual que las palpitaciones, la liberación de adrenalina, el acortamiento del tiempo de respuesta, etcétera.
Pero es que, además, las personas que padecen diaforesis suelen temer un episodio cuando están interactuando con otras personas, especialmente si se están conociendo, o no se tiene la confianza suficiente. Este temor suele generar estrés y ansiedad, lo que a su vez, favorece la sudoración, entrando en una especie de círculo vicioso.
En los casos más extremos, las personas que tienen este problema optan por evitar el contacto con otras personas y a menudo rehuyen reuniones sociales o situaciones en las que creen que podrán sufrir un episodio.
Pero no sólo puede llegar a afectar a nivel social, sino que también lo puede hacer a nivel laboral o escolar. Una reunión con un cliente o asistir a las clases de la universidad puede ser una situación muy ansiógena para estos pacientes.
Cómo prevenir la hiperhidrosis por ansiedad
Algunas de las pautas que podemos seguir para prevenir la sudoración excesiva por ansiedad son:
- Teniendo en cuenta que la sudoración se produce como un intento del organismo para bajar la temperatura corporal, beber agua templada o fría es de gran ayuda.
- Algunos alimentos favorecen la producción de sudor. Es el caso de las comidas picantes o excesivamente calientes. También las bebidas estimulantes como el café estimulan la sudoración y, por supuesto, el alcohol.
- Mantener una dieta equilibrada que incluya frutas, verduras, pescado y frutos secos, entre otros, previene la hiperhidrosis.
- Algunos tejidos pueden aumentar la probabilidad de sudar. Usa ropa holgada, de colores claros y a poder ser evita los tejidos sintéticos. Lo mismo se aplica a la ropa de cama si lo que te sudece es que la hiperhidrosis se manifiesta intensamente por la noche, incluso cuando hace frió. En este sentído, puedes visitar esta otra entrada en la que se trata en profundidad el tema de la hiperhidrosis nocturna.
- Hidrátate.
- Ten presente que si te preocupa mucho sudar en una determinada situación, la ansiedad hará que te focalices sobre ese hecho, retroalimentando el sudor y la sensación de nerviosismo.
- Utiliza para tu día a día desodorantes de barra, transparentes (no manchan la ropa) y hazlo una vez tengas las axilas limpias y secas. Si tu sudor huele, usa desodorantes sin aroma puesto que la mezcla de olores puede resultar más desagradable. Evita también los antitranspirantes ya que impiden la proliferación de las bacterias naturales necesarias para la piel.
- En algunos casos de gravedad moderada, el uso de polvos de talco puede ayudar.
- Intenta no utilizar el mismo calzado dos días seguidos, permitiendo que se pueda secar bien la plantilla y el calzado entre usos.
Si ya has probado con anterioridad todos estos consejos y no te funcionan, visita este otro artículo sobre los tratamientos dermatológicos que existen a tu disposición para combatir la hiperhidrosis.