Cuándo en consulta se está trabajando sobre psicoeducación de la ansiedad, una de las dudas que más solemos escuchar versa sobre las parestesias. Y no es de extrañar, ya que sentir esa especie de acorchamiento, de acartonamiento, hormigueo o adormecimiento en ciertas zonas de nuestro cuerpo como las extremidades, los pies o las manos, no es nada agradable. Mucho menos si se trata de una parestesia facial, ya que puede ir acompañada de tensión en la mandíbula y, probablemente, de dolor mandibular.
Es por todo ello que hoy vamos a dedicarlo un espacio en el blog a hablar sobre las parestesias, un posible síntoma secundario a la ansiedad que puede llegar a ser tan molesto como preocupante para quién lo sufre.
Índice
¿Qué son las parestesias?
El concepto de parestesia se aplica para nombrar la sensación de hormigueo, entumecimiento, adormecimiento, picazón o ardor en una zona específica del cuerpo. Suslen presentarse de forma súbita, no tienen causa objetiva y en la mayoría de los casos no son dolorosas.
A menudo se describen por quienes las padecen como cosquilleos o adormecimientos de ciertas zonas del cuerpo. Las más comunes suelen ser las que afectan a las extremidades, como pies y manos.
Es importante distinguir entre parestesia y disestesia. La segunda es una sensación anormal y desagradable, con o sin estímulo externo. Se trataría de una especie de parestesia pero dolorosa.
Síntomas de las parestesias
Los principales síntomas que nos hacen pensar que estamos ante una parestesia son, precisamente, esas sensaciones de hormigueo o adormecimiento en el cuerpo, ya sea en una zona concreta y localizada o más general. Otras formas de manifestación son:
– Picazón
– Dificultad para contraer el músculo implicado
– Sensación de frio y/o ardor
– Entumencimiento.
En la mayoría de los casos se trata de algo pasajero y de baja intensidad. Sin embargo, puede ocurrir que los episodios sean más duraderos e incluso que se cronifiquen. Esto también se aplica para la intensidad, pudiendo darse casos de gravedad y que exigen supervisión médica urgente.
Te puede interesar | Tinnitus pulsátil por ansiedad: La pescadilla que se muerde la cola
Tipos de parestesias
Atendiendo a la duración de los síntomas, existen dos tipos de parestesias:
Parestesia temporal
Es a la que nos referimos de manera coloquial como que el brazo, la pierna o la mano se nos ha dormido. A nivel clínico, carece de importancia, pudiendo sucederle a cualquiera en un momento dado.
Parestesia crónica
Si se experimenta esta sensación durante largo periodos de tiempo de manera regular, puede estar vinculada a algún tipo de patología subyacente y, por tanto, debe ser tenida en consideración. Lo más cauto sería acudir a un profesional que realice un estudio individualizado del caso.
Atendiendo a la zona a la que afecten, existen multitud de tipos de parestesias. Las más comunes son:
En la cara: Parestesia facial
La parestesia facial o parestesia en la cara es una de las más comunes. Es un síntoma muy relacionado con los transtornos de ansiedad como la agorafobia, la fobia social o el trastorno de ansiedad generalizada. A menudo, las personas que las sufren también se refieren a ella como rubor facial, un ardor característico de este tipo de trastornos. Algunos de los síntomas de la parestesia facial o en la cara son:
– Adormecimiento o entumecimiento de la cara, la mandíbula o los labios
– Hormigueo en dicha zona
– Pérdida de sensibilidad
– Sequedad bucal
Hormigueo en las extremidades: Parestesia en pies y manos
Probablemente es la más común. El hormigueo o entumecimiento se siente en las extremidades y muy notablemente en pies y manos. El bajo flujo sanguíneo o ciertas posturas al permanecer sentados durante largos periodos de tiempo, pueden fomentar su aparición.
«Me sentía incapaz de sostenerle la mirada a alguien hasta que comprendí por qué era»
Causas de las parestesias
No siempre se puede establecer una causa clara y única de los procesos parestésicos. En la inmensa mayoría de los casos pasajeros o eventuales, una presión sobre el nervio implicado o una mala circulación sanguínea puede dar lugar a la parestesia. Esto ocurre, comúnmente, cuando nos quedamos dormidos sobre una mano o cruzamos la piernas al sentarnos durante un largo periodo de tiempo.
Si hablamos de parestesias crónicas, puede ser un signo de daño en los nervios, haciéndose necesaria la consulta con un profesional y un estudio adecuado.
Otras causas potenciales de parestesia crónica son las encefalitis, la esclerosis múltiple, los ataques isquémicos, las migrañas, la mielitis transversa o algunos tumores, entre otras.
Por otro lado, existen condiciones mentales, como el estrés o la ansiedad, en las que es posible que ocurran parestesias como indicadores o síntomas asociados a dichos procesos.
Relación entre parestesias y ansiedad
El problema de salud mental más frecuentemente registrado en las historias clínicas de atención primaria es el trastorno de ansiedad. Se trata, sin duda, de un problema de salud pública ya que afecta al 6,7% de la población al que, de algún modo, como sociedad, nos hemos acostumbrado. De hecho, es un trastorno con una frecuencia relativamente estable entre los 35 y los 84 años. (Ver informe Salud Mental España)
La ansiedad es una respuesta normal del organismo que se desencadena ante la presencia (real o imaginaria) de una amenzada. Esta respuesta se compone de varios factores, como por ejemplo el incremente de la tasa cardiaca o la liberación de adrenalina (entre muchos otros). El objetivo es el de poner todos los recursos del cuerpo para poder afrontar esa amenaza. En ese derroche de energía y recursos, se dan otras respuestas secundarias como, por ejemplo, las parestesias.
Una de las más típicas es la parestesia facial por ansiedad. Es común que los pacientes que han sufrido una crisis de ansiedad manifiesten este tipo de sintomatología a la que se refieren como adormecimiento en labios y cara, mandíbula tensa, dolor mandibular y/o dental, etcétera. Es decir, los síntomas de las parestesias por ansiedad son los mismos que se dan en el resto de condiciones médicas. Sin embargo, el origen o trastorno subyacente pertenece al espectro ansioso.
La sulpirida: Un antipsicótico que ayuda a combatir los síntomas del vértigo
Cuánto duran las parestesias por ansiedad
En general, se podría afirmar que las parestesias por ansiedad suelen ser algo puntual. Si bien es cierto que, en periodos de una mayor ansiedad, puede perdurar a lo largo del día de manera intermitente. Aún así podemos considerarla como transitoria, logrando una disminución de su presencia en la medida en que la persona es capaz de reducir la ansiedad.
Parestesias por ansiedad: Tratamiento
Las perestesias son un síntoma de otra condición médica. Ya hemos vista que, en función de cual sea la causa y la duración de episodio, la gravedad de la misma varía. En el caso de las parestesias por ansiedad, el tratamiento tendrá que ir dirigido a combatir éste trastorno.
Normalmente, los trastornos de ansiedad se suelen combatir con tratamientos de dos componentes: el tratamiento farmacológico y el psicoterapéutico.
El tratamiento farmacológico suele consistir en antidepresivos como la sertralina, la paroxetina o la fluoxetina, entre otros. Por desgracia, en muchos casos este tratamiento no es suficiente y se tiene que recurrir a la psicoterapia, la cual, además de más efectiva, tiene unos efectos más duraderos. Dentro de las diferentes corrientes en psicoterapia, la que mejor ha demostrado su efectividad es la terapia cognitivo-conductual. En Álvarez Psicólogos, llevamos años implementando este tipo de terapia con resultados muy positivos para nuestros pacientes.