Emetofobia: Qué significa, causas, síntomas y como se trata

Quizás a algunos les pueda sorprender esta afirmación, pero una de las fobias más comunes que existen es la emetofobia.

El acto de vomitar es un acto reflejo que, pese a no ser agradable, tiene una función orgánica: en algunas ocasiones nuestro cuerpo necesita expulsar algo que le es perjudicial. Por ejemplo, es común vomitar cuando ingerimos un alimento que está en mal estado o alguna sustancia tóxica para el organismo.

Sin embargo, hay algunas personas que desarrollan un miedo irracional al vómito, hasta el punto de que les incapacita para algunas situaciones cotidianas.

¿Qué es la emetofobia? Significado

El término emetofobia hace referencia al miedo irracional a vomitar o el miedo irracional al vómito. Se trata de una fobia específica que pertenece a los trastornos de ansiedad. La persona que padece emetofobia no solo tiene miedo a vomitar, sino también a que alguien pueda hacerlo a su alrededor o haber un vómito en la calle o en cualquier otro lugar o cualquier otra situación relacionada con el estímulo fóbico.

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La emetofobia también se refiere al miedo a la sensación de náuseas que precede a los vómitos.

No cabe duda de que la acción de vomitar o el vómito es algo muy desagradable y que nos produce repulsión. No obstante, la fobia va un poco más allá: las personas con emetofobia intentarán evitar cualquier situación en la que consideren puedan estar en contacto o cerca del vómito, de manera que en un principio no condicionen su día a día pero llegando al punto de que por su miedo dejen de realizar actividades que hasta ese momento llevaban a cabo.


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Causas de la emetofobia

En la mayoría de ocasiones es difícil determinar cuál es la causa específica o determinante que marca el origen de una fobia. No obstante, en el caso de la emetofobia, la causa suele deberse a una mala experiencia relacionada con el vómito ya sea está personal o de algún ser querido.

Una gastroenteritis en la infancia, ver a alguien vomitar tras un atragantamiento traumático o por estar en tratamiento por quimioterapia, pueden ser situaciones potencialmente estresantes y, por tanto, causantes de una fobia de estas características.

También una historia de aprendizaje y condicionamiento inapropiados pueden ser causa directa de la aparición de esta dolencia. Por ejemplo, si un adulto recibió malos tratos en la infancia por el hecho de vomitar o información confusa o hiriente al respecto.

Además, el miedo al vómito también puede surgir como consecuencia de un trastorno de ansiedad y puede ser causa y efecto a la vez de un trastorno como la anorexia. En cualquier caso, sea cual sea el origen, hay que buscar un tratamiento.

También es importante descartar siempre primero que no exista ninguna causa orgánica antes de buscar causas psicológicas.


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Síntomas de la emetofobia

Entre los síntomas que puede llegar a tener la emetofobia podemos encontrar:

Pensamientos intrusivos y repetitivos cerca del acto de vomitar.

Evitación de situaciones en las que se detecta peligro de vomitar o de que alguien vomite: situaciones del tipo viajar en transporte público oirá restaurantes son altamente estresantes y ansiogenas las personas que sufren emetofobia.

Cuando este tipo de situaciones no se puedan evitar, entonces las personas que sufren emetofobia padecerán los mismos síntomas de la ansiedad:

– Mareos

– Náuseas

– Palpitaciones

– Sudoración

– Dificultad y/o dolor al respirar (costocondritis)

– Ataque de pánico…

Tratamiento del miedo irracional al vómito

La emetofobia requiere de un tratamiento multicomponente para intentar aplacar los distintos tipos de síntomas en los que se manifiesta.

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Para controlar los síntomas fisiológicos generados por la ansiedad, se requiere de técnicas como la respiración diafragmática o profunda. Se trata de una intervención sencilla, de rápido aprendizaje, eficaz y aplicable a casi cualquier situación.

En el caso de los síntomas conductuales, la técnica más potente es la exposición gradual con prevención de respuesta acompañada de autoinstrucciones. Se trata de una técnica cognitivo-conductual en la que se procede a la exposición jerarquizada (de menor a mayor ansiedad) del estímulo fóbico junto al Entrenamiento en Autoinstrucciones de Meichenbaum, cuyo objetivo es provocar cambios en la conducta manifiesta de las personas mediante verbalizaciones internas.

En el caso de la emetofobia, se trataría de exponer a la persona poco a poco a entornos y situaciones en las que no pudiese controlar la posibilidad de enfrentarse al vómito. También habría que exponer a la persona, mediante la prevención de respuesta a que, por ejemplo, a todas aquellas situaciones temidas, como acudir a un restaurante o viajar en transporte público.

Por último, la psicoeducación, dirigida a entender qué es y como funciona la ansiedad, y la reestructuración cognitiva para eliminar las ideas irracionales y modificar las anticipaciones catastrofistas propias de las fobias. Éstas, en el caso de emetofobia, tendrían que ver con la posibilidad de vomitar. Ese tipo de ideas, que no son realistas, mediatizan la vida de esas personas y es por eso por lo que hay que trabajar sobre ellas.


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