Fobias de impulsión: Síntomas, causas, tipos y cómo superarlas

Los seres humanos sobre estimamos nuestra capacidad de control sobre aquello que pensamos. No obstante, todos a lo largo de nuestra vida hemos experimentado pensamientos que, de algún modo, no hemos podido controlar. Esto sucede, por ejemplo, cuando una persona se asoma a una ventana o un balcón y por su mente pasa la idea de lanzarse al vacío.

Es bastante normal que durante épocas de estrés o en situaciones de ansiedad, tengamos ideas o pensamientos rumiantes, por ejemplo. Y lo mismo pasa con las obsesiones y con los pensamientos intrusivos. Entre estos últimos se encuentran unos que, debido al miedo intenso que generan en quien los sufre, perjudican gravemente la vida de dichas personas generándoles lo que los psicólogos denominan fobias de impulsión.

Qué son las fobias de impulsión

El término fobia de impulsión describe el miedo extremo que sienten algunas personas ante la idea de perder fobias de impulsión peligrosasel control y hacerse daño a sí mismos o a los demás. Se trata de un tipo de pensamiento intrusivo y por ello algunas clasificaciones diagnósticas lo describen como una forma de trastorno obsesivo compulsivo.

Cuando una persona padece fobia de impulsión tiene pensamientos constantes e indeseados sobre actos vilentos, ya sea verbal o físicamente. Por ejemplo, experimentará el impulso de insultar a un profesor, saltar al vacío, dar un volantazo con el coche, atropellar a un peatón, hacer daño a un ser querido…

En las fobias específicas se asume la existencia de un factor externo como objeto fóbico. Esto pasa, por ejemplo con las arañas y la aracnofobia. Sin embargo en las fobias de impulsión el objeto fóbico reside dentro de uno mismo de modo que siempre está presente. Por ello, estas personas sufren muchísima angustia (tanto por ellos mismos como por los demás) y desarrollan tendencia al aislamiento.

Síntomas de las fobias de impulsión

En general, se puede hablar de que existen tres tipos distintos de fobias de implusión:

– Miedo a cometer un acto violento sin darse cuenta

– Miedo a tener un ataque de ira o un impulso agresivo y actuar en consecuencia

– Miedo a hacerse daño

Y los tipos de impulsos más comunes que las personas suelen relatar son:

– Lastimar o hacer daños a los seres queridos o a sí mismo

– Saltar al vacío por un balcón, ventana, etcétera

– Desviarse bruscamente en la carretera (dar un volantazo)

– Saltar frente a un coche u otro medio de locomoción como un tren

Obviamente, este tipo de pensamientos o ideas no resultan superfluas para quién las tiene de manera recurrente, si no que adquieren una gran importancia y presencia en su día a día. Cuándo esto sucede, se activan una serie de recursos del organismo que se corresponden con la respuesta orgánica de la ansiedad. Algunos de los síntomas que componen esa respuesta son:

– Palpitaciones

– Dificultad para respirar

– Sudores fríos

– Mareo

– Naúseas

– Llanto

– Ataque pánico

– Estrategias de evitación: aislamiento y huida por miedo a actuar en consecuencia.

Causas de las fobias de impulsión

En la mayoría de ocasiones es muy difícil determinar cuál es la causa específica o determinante que marca el origen de una fobia. Una mala experiencia, un cambio de vida, una situación perturbadora, la exposición prolongada al estrés… Son muchos los factores que pueden desencadenar el desarrollo de una fobia de impulsión.

A este tipo de situaciones tenemos que sumar los esquemas cognitivos con los que la persona interpreta la realidad. Se ha demostrado que en la génesis de las obsesiones y/o los trastornos de ansiedad se encuentran rasgos como la hiperresponsabilidad, la necesidad de control o el perfeccionismo.

En el caso particular de las fobias de impulsión también está la sobreestimación de la importancia de que esos pensamientos ocurran, atribuyéndoles un significado personal y catastrófico.

Consecuencias más comunes para quién padece este tipo de fobia

Este tipo de dolencias suponen un gran deterioro para el normal desarrollo de la vida de la persona que la padece. Esto sucede debido a que emplean mucho tiempo y esfuerzo en evitar determinadas situaciones ansiógenas para ellas con el objetivo de mantener a raya sus miedos.

En la medida en que se van dando las respuesta de evitación propias de los trastornos de ansiedad, su mundo se va viendo empequeñecido. Algunas de las conductas de evitación son:

– Evitar sitios elevados como balcones, puentes o miradores.

– Evitar lugares o situaciones en los que haya utensilios potencialmente peligrosos como tijeras o cuchillos.

– Evitar relacionarse con personas o cuidar de seres queridos.

Por otro lado se encuentran las disonancias cognitivas entre lo que la persona cree que esta bien o mal y el contenido de su pensamiento. Esta característica supone también un gran estrés para la persona, haciéndose planteamientos en los que duda de sus propios valores, creencias y autocontrol.

En último lugar, también otra característica de los trastornos de ansiedad: La autoexigencia. Consideran que esta mal pensar determinadas cosas y se exigen a sí mismos controlar la aparición de esos pensamientos, lo cual, en sí mismo, es un estrategia errónea.

¿Son peligrosas las fobias de impulsión?

En la mayoría de los casos, la fobias de impulsión suponen un deterioro notable de la calidad de vida de lafobias de impulsión peligrosas persona que las padece. En ese sentido se podría afirmar que si son un peligro, puesto que dichas personas, por miedo a realizar algún acto violento, tienden hacia el asilamiento social. Este aislamiento engrandece la fobia, ya que al establecer conductas de evitación, la persona no se expone a los pensamientos catastrofistas, los cuales, cada vez, se harán más intensos.

Sin embargo, para las personas que rodean al afectado, no suele suponer un peligro ya que, ese miedo a seguir los propios impulsos (y las conductas de evitación que le siguen) es lo que impide que la persona los llevase a cabo.

Aún así, se requiere que la persona busque el modo de superar la situación, buscando un tratamiento eficaz y acorde a lo que le sucede.

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¿Cómo superar las fobias de impulsión? Tratamientos

En la mayoría de los casos, las fobias de impulsión se dan dentro de otros cuadros clínicos como los trastornos del estado de ánimo o el trastorno de ansiedad generalizada y, por tanto, la combinación entre psicofármacos y terapia cognitivo-conductual suele ser la estrategia terapéutica de elección.

Tratamiento farmacológico

En cuánto al tratamiento farmacológico, los medicamentos que más comúnmente se utilizan para combatir este tipo de fobia son los antidepresivos y los ansiolíticos. Entre los primeros, los más utilizados son:

Sertralina

Fluoxetina

Vortioxetina

Mirtazapina

Duloxetina

Venlafaxina

Tratamiento psicoterapéutico

La orientación psicoterapéutica que ha demostrado mayor eficacia para combatir los trastornos de ansiedad es la terapia Cognitivo-Conductual.

Para controlar los síntomas fisiológicos generados por la ansiedad, se requiere de técnicas como la respiración diafragmática o profunda. Se trata de una intervención sencilla, de rápido aprendizaje, eficaz y aplicable a casi cualquier situación.

En el caso de los síntomas conductuales, la técnica más potente es la exposición gradual con prevención de respuesta acompañada de autoinstrucciones. Se trata de una técnica cognitivo conductual en la que se procede a la exposición jerarquizada (de menor a mayor ansiedad) del estímulo fóbico junto al entrenamiento en autoinstrucciones de Meichenbaum, cuyo objetivo es provocar cambios en la conducta manifiesta de la persona mediante verbalizaciones internas.

En el caso de las fobias de impulsión, se trataría de exponer a la persona, poco a poco, a los entornos y situaciones temidas (miradores, conducir…).

Por último, la psicoeducación dirigida a entender que es y cómo funciona la ansiedad, la reestructuración cognitiva para eliminar las ideas irracionales y modificar las anticipaciones catastrofistas propias de las fobias. En el caso de la fobia de impulsión, aquellas que tengan que ver con la idea de control total del pensamiento o de la fusión pensamiento-acción (creer que porque piense algo lo llevaré a cabo). Este tipo de ideas, que no son objetivas ni realistas, mediatizan y perjudican de manera notable la vida de esas personas y es por ello por lo que hay que trabajar sobre ellas.

Si tienes cualquier duda o pregunta que hacer, puedes dejarla en los comentarios y nuestro equipo de psicólogos la responderá lo más rápido que les sea posible.

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